Aunque parezca una de los tipos menos agradables de buceo, es una experiencia única. La suave luz que se filtra desde el exterior, y la capa de hielo que hay sobre la superficie que protege el agua e impide que el viento la mueva, produce una visibilidad excepcional.
Se puede practicar bajo el mar o en lagos congelados. La vida marina dependerá de si el agua es salada o dulce y de la parte del mundo que sea.
Se debe poseer un entrenamiento especial para bucear bajo hielo. Se deben poseer varios conocimientos, como por ejemplo, abrir un agujero en el hielo, como amarrar un cabo bajo el agua, como tender cabos de seguridad para otros buzos…
El equipo debe tener un mínimo de 4 a 6 personas por inmersión. Lo más usual es que haya dos submarinistas que sean compañeros, y otras dos personas que se queden en la superficie para tender los cabos. Es recomendable una quinta persona por si acaso.
Los submarinistas deben amarase a un cabo diferente para que si le ocurre algo a uno de los hilos, el otro esté disponible para volver a la superficie. Siempre se debe hacer un as de guía en los cabos. Los buzos deben confiar plenamente en el equipo de superficie para volver arriba.
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